adentro es un newsletter semanal gratuito donde comparto reflexiones, curiosidades, sensaciones y emociones que han estado rondando en mi mente –con la esperanza de evocar una chispa reflexiva en ti, también.
Si leíste algo que te movió, te invito a compartirlo a través de tus redes sociales. Gracias por estar aquí, significa mucho para mí♥️
💡Antes de iniciar con la edición de hoy…
¡Ya tenemos fecha oficial para la próxima edición de emprende desde adentro! El sábado 9 de agosto, Dani y yo estaremos recibiendo a un exclusivo grupo de emprendedoras y emprendedores que deseen diseñar un negocio desde la intencionalidad. Para ser de las primeras personas en enterarte, puedes unirte a la lista de espera haciendo clic aquí.
¡Te esperamos!
Gracias por recibir de manera tan cálida, abierta y amorosa este nuevo capítulo –para adentro, para mí y para ti, también. Me he sentido tan abrazada por todo el cariño que le han dado, y por la paciencia en esta mudanza. Sé que Substack es una plataforma diferente, quizás comportándose cada vez más como una red social –incluso más que mi antigua plataforma–, y que la adaptación a este espacio puede tomar un poquito de ensayo y error (por parte mía, también).
Reconociendo el comportamiento “red social-ístico” y las posibles resistencias al mismo, quería compartirte este link que incluye una guía bastante sencilla para limitar la cantidad de correos y notificaciones que recibes de la plataforma; y también esta publicación que te enseña a almacenar tus correos en tu bandeja de entrada para que queden todos en un solo lugar –particularmente útil para quienes, quizás, apenas se están familiarizando con este espacio digital.
💌 En la edición de hoy, encontrarás
🪞mirando adentro… sobre cómo lo que ocurre en el afuera es un reflejo de lo que ocurre adentro.
🐻para el rato libre… un podcast que me invitó a pensar sobre por qué escribo, una serie que he seguido desempacando toda la semana, y un vlog lleno de tips para sostener tu hábito de lectura.
📓jugosas preguntas de journaling… para llevar tu reflexión a la página.
El acompañamiento musical para esta edición…
Recuerda que aquí puedes encontrar el playlist oficial de adentro.
Hay algunos personajes del mundo de la psicología (para sorpresa de nadie, la mayoría de ellas, mujeres) que siento que no reciben el reconocimiento que merecen. Una de ellas es Anna Freud; y sí, carga el mismo apellido que su padre, Sigmund Freud, quien también es considerado el padre del psicoanálisis. Pero, aparte de tener un apellido instantáneamente reconocible, Anna fue una prominente figura teórica y sus aportes van desde robustecer la forma como entendemos la psicología infantil, hasta profundizar en aspectos de la psique que aún se mantienen relevantes hoy en día. Uno de ellos, siendo los famosos “mecanismos de defensa”.

Esa era una de mis clases favoritas de impartir cuando era docente universitaria. A lo largo de mi caminar profesional, he descubierto que hay varios conceptos teóricos que son tan relevantes y universales, que de alguna manera trascienden los modelos y paradigmas. Y así, concepto tras concepto, encuentras una manera de incorporarlos en tus lentes para ver mundos internos –tanto el propio como el de las demás personas. En mi caso, mi biblioteca interna está poblada por diversos autores: la teoría de apego de John Bowlby, la relación entre la capacidad de estar solos y la madurez emocional propuesta por Donald Winnicott, la humana tendencia a la autorrealización de Carl Rogers, el poderoso inconsciente colectivo de Carl Jung, y los mecanismos de defensa de Anna Freud, entre otros.
¿Qué son los mecanismos de defensa?
Los mecanismos de defensa son procesos psicológicos inconscientes que el individuo utiliza para manejar conflictos internos, reducir la ansiedad y protegerse de pensamientos o emociones perturbadoras.
- Clínica Universidad de Navarra
En resumen, los mecanismos de defensa –tal y como alude la palabra– son estrategias de reacción por parte de nuestro mundo interno (algunas torpes e inmaduras, mientras otras un poco más sofisticadas), que aparecen cuando nos enfrentamos a una situación que provoca algún tipo de conflicto interno. Su intención principal es protegernos. ¿De qué exactamente? Quizás de sentir culpa o vergüenza o dolor. No voy a dedicar toda esta edición a enumerar y explicar cada uno de los mecanismos de defensa, pero hay uno en particular que ha estado en mi mente más de lo usual, y que es importante para el escrito de hoy: la proyección.

Quizás lo has escuchado por ahí, ya que este es uno de los términos que más se ha colado en el tan popular lenguaje terapeútico. En términos sencillos, la proyección se refiere a atribuirle a otra persona emociones, pensamientos o sensaciones propias que quizás son inaceptables o amenazantes para sí mismo –y es mucho más común de lo que imaginamos. Cuando proyectamos emociones y pensamientos propios hacia el otro, se obstaculiza la ruta de acceso hacia adentro –que es precisamente el lugar donde se empiezan a revelar poderosas explicaciones sobre aquello que estamos proyectando.
Lo que escribo suele ser un reflejo de lo que está en mi mente. Y, recientemente, he escrito mucho sobre mantenernos abiertas y receptivos a la vida, a los susurros del alma, y las invitaciones recurrentes que se nos ofrecen para responder intencionalmente a la vida, en vez de reaccionar automáticamente a ella. Y, creo que la edición de hoy es una pieza más a este rompecabezas existencial que sigo armando.

Quizás no me molesta eso del otro, sino de mí misma.
Quizás tiendo a reducir al otro, porque tiendo a reducirme a mí (suena a un reciente ‘cuara caído’).
Quizás el otro no me juzga, sino que yo me juzgo a mí misma.
Quizás no se trata de lo que me impacienta del otro, sino mi propia impaciencia.
Quizás la ilusión de control externo, revela una profunda fragilidad interna.
Quizás no es que el otro no pueda cumplir, sino que me agobia mi propia inseguridad.
Y, así puedo seguir con ejemplos que ilustran el desafiante trabajo de mirar hacia adentro.
Pero hoy quiero llevarlo un poco más allá. Porque creo que hay una segunda parte en esta práctica reflexiva que nos puede brindar una capa extra de perspectiva para transitar estas incomodidades que inevitablemente emergen en esta experiencia humana.
¿Qué pasa si vemos a la vida como un constante espejo?

Qué pasa si, adicional a reconocer y nombrar la incomodidad de lo que estamos transitando, también instauramos una mirada interna de posibilidad. Como una sutil invitación, nos ofrecemos la pregunta: ¿qué estoy siendo invitada a mirar diferente con esta situación?
Es muy común que cuando una situación se repite –lo que las y los psicoterapeutas llamamos un ‘patrón’– sentimos la tentación de mirar al otro (ajá, proyección). “Es que ella…”, “es que él…”, “es que mi jefe…, “es que mi pareja…”. Y no estoy diciendo que las demás personas no sean responsables de la situaciones que emergen, pero sí estoy sugiriendo que es un uso más sabio de nuestra energía vital devolvernos esa mirada a nosotras y nosotros. Porque al final del día, la única persona de la que soy realmente responsable soy yo misma (e hijos/as en edades formativas, si ese es tu caso). Y porque una gran protagonista de esta historia recurrente, eres tú.
He encontrado que cuando me devuelvo la mirada a mí, la tormenta interna se empieza a disipar. Porque me dejo de pelear con lo que la otra persona hace o no hace, dice o no dice; y acepto la invitación de la vida de re-significar esta situación. Quizás es un quiz, quizás es una oportunidad para sanar, quizás es una oportunidad para practicar aquello que tengo tanto tiempo trabajando, quizás es una página en blanco para re-escribir esta historia, y esta vez bajo mis propios términos. Quizás, puede ser un regalo interno, también. Como un susurro apenas perceptible que dice: “ya no te tienes que defender, es seguro navegar la incomodidad, y es posible responder a esta experiencia de una manera diferente a como lo hemos hecho antes.”

¿Qué pasa si vemos a la vida como un constante espejo? Empiezas a mirar el reflejo interno, pero esta vez con ojos de curiosidad y compasión. Reconoces que lo que ocurre en el afuera, a veces, representa lo que ocurre en el adentro. Desafías el juicio que pones sobre sentir incomodidad, y descubres que es más fácil navegarla cuando no está ese innecesario peso cargando tu experiencia. Recibes con gracia las invitaciones de la vida para re-significar, re-editar, re-escribir y reparar cuantas veces sea necesario. Y lo haces, porque te abres con gratitud a las formas en las que la vida te muestra lo que aún tiene oportunidad de crecimiento. Y te lo permites todo porque sabes que esta es tu primera vez aprendiendo a vivir, y todo esto es parte de ello.
Gracias por acompañarme en la reflexión de hoy. Fue un placer escribirte estas líneas hoy y ser parte de tu proceso de mirar hacia adentro –un abrazo fuerte.
Nota de la autora: cuando escribo sobre “situaciones” o “experiencias” incómodas, no estoy incluyendo aquí experiencias de violencia o pérdidas físicas. Me refiero principalmente a experiencias cotidianas que evocan algún grado leve de malestar.




“The Interview”: Ocean Vuong (Modern Love)
La novela de Ocean Vuong que recomendé en la edición pasada se ha quedado conmigo después de leerla –incluso creo que mientras más tiempo pasa desde que la terminé, más la pienso y más me gusta. Desde entonces, he estado saboreando algunas de sus entrevistas y esta, en el podcast de Modern Love, se sintió como una lluvia de lecciones. Me encantó escuchar el paralelismo entre la novela y su vida, su necesidad de mantenerse cerquita al sufrimiento humano y su forma de hacer sentido a ello a través de su escritura. Su forma de hacer arte con las palabras es admirable, y esta entrevista me ayudó a apreciar, aún más, su más reciente novela. Puedes escucharlo haciendo clic aquí.
The Bear (Disney+)
Me devoré la cuarta temporada de The Bear este fin de semana. Creo que es mi favorita. Hay tanto de esta temporada que me ha gustado: el desarrollo de personajes, los enmarañados diálogos, la precisión en las actuaciones y el ambiente de ternura radical con el que se infunden las historias que explora esta nueva mirada. Estos personajes son tan humanos: imperfectos, amorosos, emocionales, esperanzados, complejos e increíbles. Hay un par de episodios que presiento que se perfilarán como mejor guión en la próxima temporada de premios, y hay varios “Easter eggs” que noté que le dan una capa extra de intencionalidad al final de temporada. En fin, la super recomiendo –disponible en Disney+.
How to read more (Nina Montagne)
Me fascinan los videos de Nina. Entre acogedoras tomas de su cotidianeidad, nos ofrece ideas y opiniones que siempre me invitan a ver la vida de una manera diferente. En este caso, compartió sugerencias para incorporar y sostener el hábito de la lectura en tu vida. Ella es una lectora voraz (en más de una ocasión he leído un libro porque lo he visto recomendado en sus videos), por lo que sus “tips” están cargados de validez. Agendar tiempo para leer y diversificar mi librero fueron dos de sus recomendaciones que más me gustaron. Míralo haciendo clic abajo:
💬 Cuéntame qué has leído/escuchado/visto últimamente…
Tus newsletters siempre son regalo y abrazo a mi alma.
- SC, en respuesta a una de mi más recientes entradas:
¡adentro recibió su primer shoutout en un vlog!
¡Gracias Zaida por incluirme en tu rutina de los viernes!
¿Qué incomodidades has sentido últimamente?
Si vemos a la vida como un espejo, ¿qué te podría estar reflejando esto? ¿Qué invitaciones te podría estar haciendo la vida con esta situación?
¿Cómo se siente ofrecerle esa mirada a tu experiencia?

Este newsletter es un espejo, lo que resuena aquí no soy yo, eres tú; reenvíaselo a alguien que esté comprometida con mirarse a sí misma.
Un abrazo,
Mariana♥️