
Finalmente inició abril –un mes que llega con un aire de frescura, nuevos inicios, pero también gentiles recorderis. Suelo ser algo ambiciosa con la energía y el tiempo, lo que hace que a veces me pierda en la emoción del momento y me olvide que mi capacidad es limitada y cíclica. Los gentiles recorderis que me noto extendiéndome en este momento son: incorpora la flexibilidad, no olvides tu humanidad, recuerda pausar si lo necesitas, y dale tranqui. Tengo a la voz de mi papá susurrándome una de sus icónicas frases: "de los cobardes no se ha escrito nada." Creo que me está invitando a pisar con valentía este nuevo mes y, porque soy su hija, me atrevo a recordarme a mi misma lo que me enseñó mi maestra Brené Brown: la vulnerabilidad y la valentía son sinónimos. Un abril con pasos valientes y vulnerables, ¿suena bien? A mi sí.
En el news de hoy, escribo sobre la sensación de jet lag experiencial que podemos atravesar en nuestros días:
🛫Estoy reflexionando en DesAprendiendo sobre... el cansancio mental y físico que ocurre cuando estamos constantemente viajando en el tiempo –ya sea al pasado o al futuro.
📣Estoy anunciando en Novedades... el calendario Q2 para acompañar, tres temas nuevos y diferentes para enriquecer nuestras conversaciones.
📰Estoy compartiendo en Recomendaciones –el ensayo que complementa la edición de hoy; y el episodio de podcast que se sintió como un masterclass sobre trauma y el desarrollo infantil.
Como siempre, te comparto el acompañamiento musical para esta edición. Y, también te recuerdo que aquí puedes encontrar el playlist oficial de adentro.
Cada vez que termino un trimestre, suelo regalarme una mañana para hacer dos cosas: reflexionar sobre el trimestre que ya pasó (qué salió bien, cómo honré mis intenciones, qué aspectos nuevos incorporé, qué descubrimientos tuve, qué elementos puedo mejorar o incorporar en el siguiente trimestre, entre otros) y fantasear/planear/aterrizar intenciones para el trimestre siguiente (qué quiero sembrar, qué quiero cosechar, cómo quiero sentirme en mi trabajo y en mi vida, qué elementos son importantes priorizar, entre otros).
Hacer esto me pide viajar en el tiempo: al pasado, para pensar en cómo navegué la temporada que acaba de terminar, y al futuro, para imaginar a qué le quiero dedicar energía a los próximos meses. Separar una mañana para hacer este ejercicio de manera intencional me da el suficiente tiempo para visitar el pasado y el futuro, sin que eso contamine mi presente. Después de todo, mis visitas a ambos tiempos son precisamente para eso: para darle más claridad a lo que necesito sembrar en el aquí y ahora. Pero, ¿qué pasa cuando viajamos al pasado y al futuro de manera intermitente e impulsiva? ¿Qué pasa cuando el cuerpo nos está pidiendo estar presentes, pero la mente se va a otros tiempos y espacios? ¿Qué pasa cuando no "viajamos en el tiempo" de manera intencional y, por ende, desconocemos el propósito de estar visitando el pasado o el futuro? Quiero pensar que ocurre algo como un jet lag experiencial.

Si has viajado a través de diferentes zonas horarias, imagino que sabes exactamente lo que le pasa a tu cuerpo y a tu mente cuando se están aclimatando a la zona horaria actual: se afecta el sueño, nuestra capacidad de atención y concentración, nuestro estado de ánimo, y nuestra productividad. Esta sensación de jet lag, impacta toda nuestra funcionalidad y puede durar desde un par de días hasta un par de semanas.
Noto que cada vez se hace más difícil estar completamente presente. Nuestra mente –aunque bien intencionada en sus motivos, pero algo torpe en su entrega– nos arroja constantemente al pasado o al futuro. Cuando el duelo y la nostalgia nos abraza, cuando el miedo nos paraliza, cuando el arrepentimiento nos carcome, cuando la ansiedad nos invade, cuando la envidia se despierta, o cuando la incertidumbre nos asusta. Y, la mayoría de las veces, esto ocurre sin darme cuenta: estoy navegando mi día con presencia y atención plena y, de manera abrupta y espontánea, viajo en el tiempo... y luego, me toca regresar.
¿Cuál es el costo de ese viaje en el tiempo para nuestra mente? ¿Para nuestro cuerpo? ¿Para nuestra alma? Y luego nos preguntamos por qué estamos tan cansadas o cansados, o por qué tenemos afectaciones gastrointestinales "sin una razón evidente", o por qué nos aparecen brotes alérgicos en el cuerpo, o por qué nos resfriamos. Vivimos en un constante jet lag experiencial y ni nos damos cuenta. Le atribuimos nuestros síntomas al resfriado "que está pegando" o al cambio de temporada, ¿pero qué pasa si esos malestares físicos son una forma en la que el cuerpo nos está pidiendo a gritos quedarnos en el aquí y ahora?

Como psicoterapeuta y educadora, mi trabajo es acompañar a las personas en ese viaje en el tiempo. Al pasado, para trazar el origen de las heridas y los patrones; y, al futuro, para explorar el deseo, su direccionalidad e instaurar la esperanza de construir ese camino. Después de años acompañando a mentes en ese viaje, he visto de primera mano lo importante que es regalarnos el espacio para aterrizar en el aquí y ahora –precisamente porque puede ser tentador quedarse más tiempo en el allá y en el entonces, y precisamente porque no consideramos los riesgos de extender nuestra visita.
Cuando pienso en este concepto del jet lag experiencial, pienso en lo accesible que se ha vuelto para la mente (y el cuerpo) viajar en el tiempo, incluso en un solo día. Consumir redes sociales en un lapso de minutos, por ejemplo, me puede llevar sin darme cuenta a visitar el pasado y el futuro de manera abrupta, inmediata, urgente, impulsiva y poco pensada. Y creo que las consecuencias emocionales que eso tiene para nuestra capacidad de atender lo realmente prioritario y para dirigir nuestra atención y nuestra energía al aquí y ahora, están siendo particularmente dañinas para nuestra presencia absoluta.

Separar una mañana para mirar y reflexionar cómo fue el trimestre que acaba de pasar, y para imaginar el trimestre que se avecina, me protege de ese jet lag experiencial. Me da la oportunidad de aprender de mi pasado y de construir mi futuro desde un lugar armonioso, sin quitarme presencia de lo que hay hoy. Me protege del cansancio mental, físico y espiritual que es producto de intentar estar en varios lugares a la vez. Me protege de una capacidad reducida para entregarle mi atención plena a este preciso momento. Me protege de tomar decisiones impulsivas por la ansiedad que me puede generar el futuro. Me protege de quedarme demasiado tiempo romantizando un capítulo pasado que ya no es parte de mi vida.
Mi intención con la edición de hoy es invitarte a notar ese jet lag experiencial, quizás sutil e imperceptible, al que podrías estar sujeta o sujeto de manera cotidiana. Invitarte a explorar con qué sensación te deja estar viajando en el tiempo a lo largo del día, incluso cuando no es tu intención hacerlo. Invitarte a evaluar el costo emocional que este jet lag experiencial está teniendo en la manera de transitar tus días y en tu capacidad de estar presente. E invitarte a incorporar algo de intencionalidad en tus visitas al pasado y al futuro –que sean para reflexionar y construir, pero principalmente para conectarte con el aquí y ahora con una perspectiva diferente.
Como siempre, gracias por leerme, espero que alguna de las intenciones de esta edición hayan hecho clic contigo.
Mi gentil recorderis para el día de hoy:

Te comparto las recomendaciones de contenido que he estado disfrutado recientemente.
Newsletter
You might just have to be bored (Embedded)
Otro edición, otra semana en la que comparto un artículo sobre los beneficios de reducir tu consumo digital y tiempo en línea...
En esta ocasión, me encontré con este ensayo que hace una importante conexión entre la sobre-estimulación digital, el limitado lapso de atención que enfrentamos hoy en día, y la necesidad de aburrirnos. En el mismo, la autora no propone una rutina "innovadora" o compleja para mejorar nuestros niveles de atención. Al contrario, su propuesta es bastante sencilla, pero no por eso menos desafiante:
reaprender cómo estar cómodas y cómodos con los momentos de inactividad
Cuando leí esto, pensé en todos los momentos que tienen el potencial de ser espacios inactivos: cuando llego al café antes que una amiga (que no suele pasar, pero para propósitos ilustrativos digamos que sí), cuando recojo a mi ahijada de la escuela y aún no ha salido, cuando estoy haciendo fila en la farmacia, o cuando estoy esperando que el café se haga en la mañana. Todas estas situaciones me confrontan con la espera y con el aburrimiento, y noto en cada una de ellas la oportunidad de resistir la tentación de ocupar mi atención. ¿Qué momentos de inactividad descubres tú en tu vida?
Puedes leer el ensayo haciendo clic abajo:
Podcast
Why You Feel Lost In Life: Dr. Gabor Maté on Trauma & How To Heal (The Mel Robbins Podcast)
Cuando vi el reel de este episodio, corrí a agregarlo en mi lista de reproducción y –¡wao! Cada nugget de sabiduría que compartió Gabor Maté en esta conversación con Mel Robbins me explotó la cabeza. Su visión sobre el impacto del trauma en la vida de las personas, así como su énfasis en el desarrollo infantil para una vida psíquica sana y emocionalmente rica, es un aporte tan valioso a la sociedad: un regalo y un servicio de su conocimiento para instaurar la esperanza de que ninguna persona es "damaged goods", y que el entendimiento propio, desde una mirada compasiva y de gracia, está disponible para todas y todos. ¡Poderoso episodio lleno de sabiduría que invita a la reflexión! Demasiado recomendado.
Nota de la autora: el episodio aborda experiencias traumáticas como abuso y negligencia física y emocional –te invito a tener esto en mente antes de escucharlo, por si alguno de estos temas resulta sensible para ti.
Escucha el episodio completo haciendo clic aquí.
¿Qué has estado leyendo, escuchando o viendo recientemente que te ha encantado?
¡Desliza hacia abajo, haz clic en los comentarios y cuéntame qué me recomiendas!
♥️Amorcito que recibe Adentro♥️
"Mariana, me parece increíble lo conectada que siempre estás con el pensamiento de la semana del inconsciente colectivo. Siempre un disfrute leerte y reflexionar con lo que escribes💖
- GN, en respuesta a una de mi más recientes entradas "Los botones de la inseguridad"
Para escribir en tu journal
¿Cómo se expresa tu jet lag experiencial?
¿Qué emociones te llevan a visitar el pasado? Y, ¿el futuro?
¿Qué prácticas te devuelven a lo cotidiano y al momento presente?

Este newsletter no genera jet lag experiencial; es para ser disfrutado completamente en el aquí y ahora –reenvíaselo a alguien a quien le pueda gustar.
Un abrazo,
Mariana♥️